Me apasiona el pescado, de eso dan fé las 147 recetas que tengo publicadas hasta el día de hoy que incluyen el pescado entre sus ingredientes.
El bacalao, concretamente, no fue de mis preferidos hasta que ya tenía cumplidos los "ventimuchos". Y creo que era debido al aroma que desprendían las hojas de bacalao salado que mi madre solía colgar en la cocina cerca de la ventana para que se aireasen. Me ponía mala cuando mi madre lo preparaba con patatas o con garbanzos....
Sin embargo, con el paso de los años y cuando empezaron a regalarme bacalaos o marucas saladas, caí en la cuenta lo versátil de este pescado y lo equivocada que estaba yo al rechazar su consumo.
Menos mal que se me quitó la tontería y ahora disfruto de esta maravilla en todas sus formas. Hoy la receta está elaborada con dos alas de bacalao fresco que conseguí en la pescadería a un precio especial por llevarlo entero.
Es tal la sencillez de esta receta que estoy segura de que podría
incluirla en las recetas básicas o para estudiantes que tengo en el
blog.
El resto del peixe, parte del cual es el de la foto siguiente, descansa en el congelador y pronto, muy pronto lo presentaré al mundo...
ALAS DE BACALAO FRESCO AL HORNO