Muchos de mis recuerdos están relacionados con la comida y concretamente recuerdo unas albóndigas de carne que preparaba mi madre para llevar a la playa. Le ponía mucho perejil a la carne picada y las freía bien, quedaban muy doraditas. Luego las metía en una fiambrera metálica que tenía de color rojo que se cubría con un plato gris que guardaba la tortilla de patata, por encima iban 3 platos más de color amarillo, naranja y el último de color azúl hacía de tapadera. Si no recuerdo mal era de la marca Magefesa. La recuerdo, porque todavía la utiliza mi hermana.
También recuerdo los vasos, del mismo material, supongo que aluminio, pintados en los mismos colores que los platos. Qué fresquita resultaba la Mirinda!!
Bueno, después de irme a los años 60 y tantos, vuelvo a la actualidad con unas albóndigas que aunque no son de carne, me gustan tanto como aquellas. Y espero que cuando mis hijos tengan mi edad, las recuerden con la misma ilusión que yo recuerdo las de mi madre....
ALBÓNDIGAS DE PESCADO
Para 4 personas
Las albóndigas:
1 pescadilla de 1,200 grs.
1 rodaja de salmón fresco
200 grs. de bacalao desalado
2 rebanadas de pan de molde
1/2 vaso de leche
1 huevo entero
2 dientes de ajo
perejil, sal
harina para rebozar
La salsa:
1 cebolla mediana
500 ml. de fumet de pescado
1 cucharada de pimentón dulce
100 ml. de vino Albariño
1 hoja de laurel
100 ml. de salsa de tomate
perejil
aceite, sal
Limpiamos la pescadilla y retiramos la cabeza y las espinas. Hacemos lo mismo con el salmón (espinas y piel) y con el bacalo (piel) y ponemos todo en una olla con 1 lt. de agua y una pizca de sal. Dejamos cocer unos 20 minutos hasta que esté bien concentrado. Colamos y reservamos.
La carne de los tres tipos de pescado, la pasamos por la picadora. Si no disponéis de una, la podéis picar con el cuchillo, ya que el pescado es muy blandito y se pica muy facilmente.
Ponemos todo en un bol y añadimos el pan de molde remojado y escurrido de la leche, el huevo entero, el ajo picadito, una pizca de sal y el perejil también picado.
Mezclamos bien todos los ingredientes y vamos tomando porciones para hacer las albóndigas. El tamaño va en gustos, las mías son un poco más grandes que una nuez. Las pasamos por harina y las reservamos.
En una sartén vamos friendo las albóndigas por tandas y las dejamos escurrir en una fuente con papel absorbente mientras preparamos la salsa.
En una cacerola baja ponemos 3 cucharadas de aceite y doramos ligeramente la cebolla picada fina. Añadimos el pimentón y revolvemos para que no se queme.
Seguidamente, añadimos el tomate, la hoja de laurel, el vino blanco y el fumet de pescado, así como el perejil bien picado. Dejamos que cueza tapado durante unos 15 minutos para que la cebolla se ablande bien.
Pasado este tiempo, introducimos las albóndigas para que cuezan unos 5 minutos. Ya sabéis que el pescado no debe hacerse demasiado y con este tiempo es suficiente para que se impregnen del sabor de la salsita y queden cocinadas por dentro.
Al mismo tiempo, la harina que llevan las albóndigas en su corteza, ayudará a espesar la salsa, con lo cual quedará densa, así que tened a mano un poco de fumet por si espesa demasiado.
Las servimos con un arroz blanco, que creo es el acompañamiento ideal para este plato.
Texto y fotografías © lacocinadelechuza.com