En ocasiones anteriores ya había destacado la calidad de la faba de Lourenzá en numerosas recetas; con costilla, con bonito y con almejas. Y no me cansaré de recomendar esta legumbre a quienes me pregunten.
La faba de Lourenzá goza del distintivo IGP (Indicación geográfica protegida). Las fabas "certificadas" son escogidas y calibradas a mano, lo que garantíza la perfección del grano. Se envasan en bolsitas de tela con capacidad para 0,5 kg. y 1 kg. y que permiten la correcta ventilación, conservación y transporte del producto.
Como podéis ver en las fotografías que encabezan esta receta, a mi casa ya ha llegado directamente del Valle San Adriano en Lourenzá, parte de la producción de Mari Carmen Seijo Otero, comercializadas bajo el nombre de "Xoias do Val". Porque también hay que decirlo; mayoritariamente y desde hace ya unos 40 años, son las mujeres las que dirigen las empresas productoras y envasadoras.
A diferencia de otros variedades, la faba de Lourenzá es tierna y tiene una piel muy fina que se funde en la boca lo que la hace perfecta para todo tipo de elaboraciones.
Hoy os presento un guiso típico para comer caliente pero en pocos días, os traeré otra forma de comer fabas ( en este caso "verdinas" ) ideal para dejar listo y comer al regreso de la playita....
FABAS DE LOURENZÁ CON BACALAO
Ingrs. para dos personas
250 grs. de fabas de Lourenzá
400 grs. de bacalao en lomos gruesos
1 puerro
1 zanahoria grande
medio pimiento rojo
medio pimiento verde
1 cebolla mediana
1 tomate maduro
sal, perejil
aceite de oliva virgen extra
El día antes de elaborar la receta, pondremos las fabas a remojo en un barreño con abundante agua fría. Si es invierno, podemos dejarlo en cualquier parte de la cocina, pero en verano y para evitar que el agua fermente con el calor, es conveniente guardarlo en la nevera.
Igualmente ocurre con el bacalao. Dejamos cubiertos con agua durante unas 24/48 h. dependiendo de la curación del mismo y cambiando el agua cada 8 horas. Antes de cocinarlo, cortamos los lomos en tacos grandes (al gusto) y lo dejamos escurrir.
En una cazuela de barro (preferentemente) aunque lo podeís preparar en cualquier cazuela baja si no disponéis de una tradicional, ponemos tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Pochamos el puerro y la cebolla picada a fuego medio, salamos y dejamos que se ablande.
Añadimos el tomate pelado y picado, los pimientos y la zanahoria en rodajas. Rectificamos de sal y dejamos que se cocine a fuego lento mientras escaldamos las fabas.
Una vez remojadas las fabas y para evitar "flatulencias" tengo un truco que no falla. Ponemos las fabas en una olla cubiertas de agua fría, dejamos que levante un hervor y desechamos el agua y esa espuma que es la que produce los gases.
Asi que una vez hecho ésto, añadimos las fabas a las verduras, cubrimos nuevamente con agua fría y dejamos cocer a fuego medio (cubierta) hasta que las fabas estén tiernas. Aproximadamente unos 25-30 minutos.
Finalmente y como ya os dije en recetas anteriores, como el pescado no debe cocinarse durante mucho tiempo para que no quede correoso, colocamos los trozos de bacalao sobre el guiso, espolvoreamos con perejil picado y cubrimos. Con el fuego apagado y como el barro guarda la temperatura durante un buen rato, dejamos que se cocine duante unos 5-8 minutos (dependiendo del grosor de las piezas.
Es conveniente agitar la cazuela de vez en cuando para que el bacalao suelte la gelatina y ayude a espesar el caldo.
Servimos en cuanto veamos que el pescado está cocinado perfectamente.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
© www. lacocinadelechuza.com