La importancia de la pesca en el litoral gallego es de sobra conocida. En una noticia recogida de un protocolo notarial del siglo XVI, ante el escribano de Noia D. Fco. Becerra, se registra que "una nao que zarparía hacia Portugal, llevaba en sus bodegas 280 millares de sardinas " (Pérez Costanti en "Notas Viejas Galicianas").
El historiador López Ferreiro nos informa: " En los puertos de Galicia se reunieron las provisiones con que se equipó la gran armada, que en 1496 partió de Laredo, por Orden de los Reyes Católicos, conduciendo a Flandes a la Infanta doña Juana que iba a dar su mano al archiduque don Felipe. Entre las provisiones que se llevaba de Galicia "iban embarcadas, entre otras clases de pescado, 150.000 sardinas arenques o saladas".
Dejando los datos históricos aparte, es ahora cuando las sardinas están en uno de sus mejores momentos y las podemos encontrar en los mercados a muy buen precio.
La sardina es un pescado azul. Además de vitaminas y minerales es una fuente natural de omega-3 que ayuda a regular el nivel de colesterol.
Las sardinas a la brasa quizá sea la forma en la que se consumen con mayor frecuencia en epoca veraniega, pero hay muchas otras maneras de disfrutar de unas ricas sardinas cuando no se dispone de espacio para hacer un fuego. Además con la receta que os traigo hoy, las podréis conservar durante varios días bien tapadas y en lugar fresco. En el frigorífico, me atrevería a decir que aguantarían una semana, pero a ver quién se resiste a la tentación cada vez que abra la nevera......
El historiador López Ferreiro nos informa: " En los puertos de Galicia se reunieron las provisiones con que se equipó la gran armada, que en 1496 partió de Laredo, por Orden de los Reyes Católicos, conduciendo a Flandes a la Infanta doña Juana que iba a dar su mano al archiduque don Felipe. Entre las provisiones que se llevaba de Galicia "iban embarcadas, entre otras clases de pescado, 150.000 sardinas arenques o saladas".
Dejando los datos históricos aparte, es ahora cuando las sardinas están en uno de sus mejores momentos y las podemos encontrar en los mercados a muy buen precio.
La sardina es un pescado azul. Además de vitaminas y minerales es una fuente natural de omega-3 que ayuda a regular el nivel de colesterol.
Las sardinas a la brasa quizá sea la forma en la que se consumen con mayor frecuencia en epoca veraniega, pero hay muchas otras maneras de disfrutar de unas ricas sardinas cuando no se dispone de espacio para hacer un fuego. Además con la receta que os traigo hoy, las podréis conservar durante varios días bien tapadas y en lugar fresco. En el frigorífico, me atrevería a decir que aguantarían una semana, pero a ver quién se resiste a la tentación cada vez que abra la nevera......
SARDINAS EN ESCABECHE

6 sardinas bien frescas
3 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
2 hojas de laurel
sal gruesa
1 vaso de aceite
1/2 vaso de vinagre
Las sardinas frescas son muy fáciles de identificar. Sus escamas deben ser plateadas y brillantes y sus cuerpos deben estar bien tiesos. Si la cojes por la cola, no se doblará si es una sardina del día. De todos modos, confiad en vuestro/a pescadero/a.

Yo las he lavado bien, les he quitado la tripa y la cabeza. Las he secado con papel absorbente y las pasé ligeramente por harina.

En una sartén con bastante aceite las puse a freír. Cuando estuvieron bien cocinadas las fuí poniendo en una cazuela amplia. Si es de barro mejor.

El aceite de freir las sardinas puede servir para el escabeche si no está excesivamente quemado. Lo colamos y lo volvemos a poner al fuego con los ajos laminados y el laurel en trozos. Antes de que tomen color, le añadimos el pimentón y revolvemos ya fuera del fuego.
Añadimos el vinagre y tenemos cuidadín que los vapores en este momento los carga el diablo y lo más normal es que empecemos a estornudar si los inhalamos ( lo digo con conocimiento de causa).

Vertemos el escabeche sobre las sardinas y las dejamos que enfrien a temperatura ambiente.

Se pueden tomar al momento, pero a mí me gusta prepararlas temprano y tomarlas cuando ya llevan listas unas horas. La carne se habrá impregnado del gusto del escabeche y estarán mucho más ricas.
Yo os estoy dando las cantidades para media docena de sardinas. Si hacéis más cantidad, aumentad tambien el aceite y el vinagre, pues es conveniente que queden cubiertas con la salsa. Se conservarán mucho mejor y no se secarán.
Texto y fotografías © lacocinadelechuza.com