Dice el refrán, que "
a falta de pan, buenas son tortas". Pues eso, a falta de bonito bueno es el salmón.
El salmón viene de las aguas frías del mar rebosante de grasa y energía y al llegar a las costas se dirige exactamente a la desembocadura del río dónde nació. ¿Qué instinto le guía hasta el mismo sitio a través de tantos kilometros que le separan? Todavía no se sabe cómo resuelve el salmón este problema, pero se supone que puede ser guiado por el olfato. Igualita que una vecina que tuve hace años, siempre olía el
cocido de repollo y aparecía por casa "de casualidad"....
Por investigaciones efectuadas, se ha demostrado que algunos salmones pueden recorrer miles de kilómetros a una media de casi 100 al día.
El salmón posee una carne exquisita, muy aromática, entreverada de finísimas capas de grasa(más o menos como la que escribe) por lo que apenas necesita elaboración en la cocina.
La receta de hoy se suele elaborar con bonito o atún, pero ya que mi amigo
Alfonso me ha pedido alguna receta utilizando este delicioso pescado, he pensado que le gustará esta variante.
MARMITAKO DE SALMÓN
Ingredientes: ( 2 personas)1 cola de salmón de 600 grs. cortada en tacos
1 lt. de caldo de pescado
1/2 pimiento verde
1 tomate picado
1 cucharada de carne de pimiento choricero
3 patatas grandes
2 dientes de ajo
1 cebolla mediana
1 hoja de laurel

Como yo utilicé una cola de salmón, os explico cómo conseguí los dos lomitos, en las fotos siguientes:

También podéis utilizar rodajas, pero antes deberéis quitarle todas las espinas y la piel para que sea más agradable comerlo. Luego, se corta la carne en tacos de unos 3 cms. y se reserva.
Con las raspas y las pieles del salmón, hice un caldito de pescado.
En una cazuela amplia, puse dos cucharadas de aceite de oliva virgen, y poché la cebolla, los dientes de ajo y la guindilla ( como siempre hago, pinchada en un palillo para poder retirarla con facilidad al final).
Al sofrito, le añadí el pimiento verde,el laurel, el tomate pelado y picado y la cucharada de carne de pimiento choricero. Se puede sustituir por una cucharadita de pimentón o incluso por una de tomate frito. Eso, como todo en cocina, va en gustos y en costumbres.
Corté ( mejor dicho, chasqué) las patatas en tacos del mismo tamaño que el salmón y las introduje en la cazuela.
Cubrí con el caldito de pescado y rectifiqué de sal.
Dejé que cociese durante unos 8 minutos y añadí el salmón. Pasados 2 minutos y cuando apenas se empezaban a deshacer las patatas, apagué el fuego. Así conseguí que el caldito se quedase espeso y el salmón se cocinase perfectamente sin pasarse.
Este punto es muy importante, pues si nos pasamos en cocción, el salmón se va a secar considerablemente. Como va en cazuela de barro, con la calor que acumula, se acaba de hacer fuera del fuego.
Antes de servirlo, lo cubrí con una fina capa de perejil picado.

Y a comer!!!!
